Nuestra bebida predilecta, la cerveza, ha estado presente en distintos momentos de la historia, habiendo sido aliento para los soldados en la Segunda Guerra Mundial (1 sept 1939 – 2 sept 1945) en algunas de las batallas más notables. Mantener la moral de los soldados en la Segunda Guerra Mundial no fue una tarea fácil, pues recordemos, se cobró unos sesenta millones de bajas. No sólo de pan (y plomo) vivía el hombre, por lo que te dejamos algunas referencias curiosas del papel de la cerveza en la Segunda Guerra Mundial.
Proporcionar cerveza a las tropas, un deber patriótico
Según el gobierno británico y con el fin de incentivar la victoria de los aliados, en 1942 las cervecerías de Gran Bretaña crearon el comité ‘Cerveza para las tropas’, pues se estableció que uno de los deberes de los productores de cerveza debía ser proporcionar la bebida a las tropas como aliento para soportar la bélica situación y como premio tras la victoria.
Ejemplo de ello fueron las cervecerías Whitbread and Wanted y Watkins & Smith quienes proporcionaron cervezas a los soldados tras el Sitio de Tobruk o en el afamado “Día D” u Operación Overlord, la operación del desembarco en las playas de Normandía.
Inclusive se llegó a crear una cervecería en un barco para que los soldados nunca se quedaran sin la preciada cerveza. La marina británica bajo la insistencia de Winston Churchill, estudió el acondicionamiento de una decena de buques como centros de ocio: con teatros, tiendas, piscina, sala de baile y entretenimiento variado donde destacaba la embarcación para fabricar cerveza en alta mar.
Los ingenieros planearon toda una cervecería capaz de producir 250 barriles semanales, estaba equipada con maquinaria para elaborar la cerveza a partir de agua de mar desalinizada, tenía una olla de cocción que aprovechaba el vapor del mismo barco para calentarse y seis cubas de fermentación. Aunque este barco nunca llegó a operar en guerra (pues concluyó el conflicto antes de la finalización de este), sí que surcó los mares y visitó a los soldados que debían permanecer en sus puestos tras el término de la Segunda Guerra Mundial.
Otro caso de país en el que se imponía proporcionar cerveza a los soldados durante la Segunda guerra Mundial, fue el de los Estados Unidos de América, país en el que el Departamento de Agricultura ordenó a todas las cerveceras una donación del 15% de su producción de cerveza para las tropas del extranjero.
El oso pardo cervecero que luchó contra los nazis
Así es, los soldados del ejército polaco en la Segunda Guerra Mundial contaron con un compañero muy inusual entre sus tropas, un oso pardo amante de la cerveza.
El oso Wojtek fue adoptado por los soldados de la 22° Compañía de Suministros de Artillería, II Cuerpo polaco, y como el resto recibía su salario, raciones alimenticias (incluida cerveza) y llegó ni más ni menos que a ser sargento por méritos de guerra. Lo cual, le permitió además montar a bordo del barco que llevó a la compañía polaca desde Egipto a Italia.
“Pubs Voladores”, como la cerveza agudizó el ingenio humano durante la guerra
Se rumoreaba que los alemanes dejaban tras de sí las fuentes de agua envenenadas para obligar a sus rivales a acarrear suministros, de ahí que el Comandante Keith Hudson del Escuadrón 412, Ala 126 de la Real Fuerza Aérea Canadiense tuviera una idea para que sus compañeros no estuvieran sedientos en la batalla.
Dio instrucciones a un par de pilotos para que cogieran los tres tanques de combustibles de los aviones, los lavaran y los llenaran de cerveza, 270 libras de cerveza en total para refrescar la moral de sus camaradas.
Tras el éxito de esta “misión”, se extendió como práctica diaria lo que se conocería como la “Modificación XXX” por esta imagen enviada a los periódicos por el Ministerio del Aire.
Aunque el preciado líquido llegaba a los soldados, tenía reminiscencias de petróleo a consecuencia de los contenedores, y entonces nuevamente los polacos nos sorprenderían. El escuadrón del Ala 131, compuesta por pilotos de Polonia se dieron cuenta de que muchos de los barriles de madera utilizados por las cervecerías tenían el mismo diámetro que las bombas y podían ser fácilmente enganchados a los aviones en sus sujeciones. Para mejorar la aerodinámica se les añadía sencillamente unos conos de metal como se ven en la siguiente imagen; los barriles llevaban menos cerveza que los tanques de combustible, pero sabían mejor y se enfriaban con la altitud del vuelo.
Cerveza Guiness, el arma que salvó a Irlanda de la Segunda Guerra Mundial
El Primer Ministro Éamon De Valera declaró la neutralidad de Irlanda cuando el primer ministro británico, Neville Chamberlain, declaró la guerra a la Alemania nazi ante la invasión de Polonia, desencadenante de la Segunda Guerra Mundial.
A Irlanda, que era muy dependiente de sus vecinos, le aplicaron un bloqueo que sumió al país en una profunda crisis, por lo que el gobierno irlandés utilizó su mejor arma: prohibir exportar cerveza. A tener en cuenta que, la cervecera Guinness exportaba en aquel momento un millón de barriles de cerveza al año principalmente a Reino Unido.
En consecuencia, los soldados británicos y los ciudadanos perdían la moral y la calma sin su preciado brebaje, lo que forzó a entablar conversaciones con los irlandeses y ceder ante su neutralidad en el conflicto armado.