El proceso de elaboración de la cerveza inicialmente era muy simple. Heredado de la cultura sumeria, se basaba en crear una masa de pan, trigo y cebada, remojados y enriquecidos azúcar procedente de los dátiles hasta que comenzaba a fermentar. El mosto resultante se saborizaba de forma habitual.
Esta mezcla se almacenaba en vasijas bien selladas, y gracias a ellas, con el estudio de los restos que contenían de trazas de almidón, los estudiosos concluyen que: el mateado del cereal fue un proceso voluntario introducido por los egipcios, distinguiéndose así del proceso de elaboración sumerio. El buen estado de los restos arqueológicos encontrados han resultado ser claves para investigar los procesos de elaboración de la cerveza egipcia.
Además, se sabe que existían distintos tipos de cerveza gracias a los textos jeroglíficos, pero se desconoce si se tomaba en formato de "masa" o en líquido filtrado/decantado. El periodo que abarcó esta sociedad de la Edad Antigua fue de 3000 años (3300 a. C. y 332 a. C.), por ende, los métodos y las tecnologías fueron evolucionando con el transcurso del tiempo y queda mucho aún por descubrir.
La cerveza formaba parte de la identidad egipcia (incluso se incluían en algunas tumbas pequeñas factorías para abastecer en "el más allá"). Era un alimento que calmaba la sed, era fuente de calorías y prevenía de infecciones gracias al alcohol, con el beneficio añadido de que esterilizaba ligeramente los recipientes utilizados para su ingesta. Igualmente, se utilizaba como recurso medicinal en diferentes enfermedades y reducía las infecciones intestinales causadas por la ingesta de agua contaminada.
En los últimos años (2021), fue descubierta en Egipto la fabrica de cerveza más antigua del mundo hasta la fecha (datada entre el 3050-3007 a. C.) y construida para proveer de cerveza en las ceremonias reales.