¿Sabes que hubo un tiempo en que las mujeres eran las únicas que podían hacer cerveza? Nos vamos a la Inglaterra de la Edad Media para conocer un poco mejor a las alewife, mujeres productoras de cerveza.
Evolución de la producción de cerveza
Según la historiadora inglesa Jane Peyton, fueron las mujeres las que inventaron la cerveza. Sea como fuere, lo que parece claro es que la cerveza surgió en la antigua Mesopotamia, hace miles de años. Se cree que eran las mujeres las que se dedicaban a la producción de la cerveza, siendo grandes expertas.
Durante la Edad Media, y antes de la gran epidemia de Peste Negra que desoló todo el continente a mediados del siglo XIV, las mujeres inglesas eran las encargadas de elaborar la cerveza en casa, para consumo propio, ya que la cerveza inglesa o ale formaba parte de la dieta habitual de los ingleses por aquella época.
Esta práctica recogida por Ley tenía un motivo práctico. Las mujeres pasaban más tiempo en el hogar, y podían hacer cerveza para consumo propio y para venderlo a la comunidad, por lo que generaban unos ingresos extras importantes para la familia. Aún así, los registros de la época se centraban en aquellas familias que podían producir en sus casas una importante cantidad de cerveza, y no en aquellas familias que hacían unas pequeñas producciones sólo para consumo propio y una pequeña venta irregular.
Al contrario de lo que pueda pensarse, el consumo de cerveza en esta época estaba ligado más a una cuestión de salud que al simple hecho de la embriaguez: la calidad del agua era malísima.
Tras la gran Peste Negra, las formas de vida de la sociedad cambiaron, produciéndose grandes cambios en el comercio, precios, acceso a capitales, aumento del nivel de vida, lo que hizo que el mercado cervecero comenzase a dar un giro hacia el género masculino.
Ya a finales del siglo XV, llegaron a Inglaterra las influencias del comercio cervecero de los Países Bajos. Las pequeñas producciones comenzaron a hacerse cada vez más grandes. Se introdujo el lúpulo en la elaboración, lo que permitía que la cerveza permaneciese fresca más tiempo. Y como influencia centro europea, las mujeres comenzaron a estar relegadas de las producciones y comercio de la cerveza.
Uno de los grandes cambios llegó con la Revolución Industrial, en el siglo XVIII, introduciendo nuevas formas de producción, y quedando relegados a un segundo plano las tradicionales formas de elaboración.
Alewife, mujeres productoras de cerveza
Las mujeres en esta época se convirtieron en grandes “empresarias”. Mujeres con distintos estatus, ya fueran casadas, de buena familia, o de familias más humildes. Prostitutas, viudas, jóvenes que no se habían casado aún, y otras que no llegaron nunca a casarse.
Un ejemplo de esto último podemos encontrarlo en Emma Kempstere, de Brigstrock, quien a principios del siglo XIV se convirtió en una importante productora vendiendo cerveza a sus vecinos, e incluso continuando con la profesión durante la epidemia de Peste Negra. Otro caso parecido podemos encontrarlo en Maud London, de Oxford.
Aún así, son casos más bien excepcionales, pues la mayoría de estas mujeres productoras de cerveza solían estar casadas. Los motivos son lógicos: necesitaban tiempo y dinero. Dos características que una mujer de clase baja no tenía. Estas no disponían de una familia que ayudase en la producción de cerveza, ni tenían dinero para vender cerveza en tabernas, limitando su venta a su círculo más cercano. Es por esto que fueron desapareciendo, y muchas comenzaron a trabajar en cerveceras dirigidas por hombres a partir del siglo XVI. En cambio, las mujeres casadas disponían del dinero de su marido, de las herencias, de más comodidades, la ayuda de su familia, por lo que muchas de ellas comenzaron a ganar mucho dinero. Pero con la desaparición progresiva de otras mujeres productoras, estas mujeres también se vieron relegadas a un segundo plano, quedando como trabajadoras de sus propios maridos.
Y en todo este contexto nace lo que se conoce hoy día como “alewife”. Que las mujeres en aquella época fuesen productoras de cerveza no quiere decir que no hubiese leyes prohibiéndolo o intentando regularlo de alguna forma. Existieron leyes en algunas ciudades que limitaban la producción a ciertas edades de la mujer. No faltaron las denuncias a mujeres por creerlas desviadas sexuales por desarrollar un oficio más propio de hombres según las ideas de la época. También se tuvo la sospecha de que algunas mujeres mezclaban la cerveza con agua en las tabernas, y que las cobraban demasiado caras. Se creó entonces una especie de figura diabólica a la vez que cómica en torno a estas mujeres productoras de cerveza.
En la imagen podemos ver a Mother Louse, en una caricatura de la revista "Wonderful Magazine", dueña de una taberna cerca de Oxford, muy conocida en la ciudad. Se suponía que era la última mujer en Inglaterra en vestir con gorguera.