Si las botellas han sido previamente usadas, comprueba los posibles restos, normalmente suelen haber sedimentos en la parte inferior. Si hay residuos, vierte lavavajillas y frote fuertemente con la escobilla limpia botellas. Esta escobilla, gracias a sus dimensiones (de alrededor de unos 50 cm de largo generalmente), nos ayuda a llegar al fondo de las botellas y eliminar los restos de levaduras o moho tras haber estado guardadas largo tiempo tras su uso.
Tras ello, recomendamos meter las botellas (solas) en el lavavajillas para facilitar su limpieza completa y dejarlas en él hasta que se atemperen tras el ciclo de limpieza.
El resto de utensilios también debe fregarse a conciencia.
Acto seguido, llega el momento de esterilizar todo lo que vaya a entrar en contacto con el mosto. Nuestro producto predilecto para la desinfección es el Agente Esterilizante, ya que no es tóxico, contiene oxígeno activo que se disuelve en agua caliente en un instante y desinfecta sin necesidad de enjuagar.
Nuestra sugerencia: utilizar un cubo grande, llenarlo de agua caliente y verter la dosis especificada en la etiqueta del agente esterilizante. De esta forma, puedes introducir el material completamente en el cubo para que el líquido se introduzca en toda abertura o espacio, desinfectado en su totalidad los materiales tanto por su exterior como por su interior. Después, ve sacando el material y colocándolo sobre la toalla limpia para que seque a temperatura ambiente.
Para la desinfección de las botellas, existen otros accesorios asimismo muy recomendables: Escurrebotellas y Esterilizador Mecánico. El primero es muy aconsejable por la facilidad de secado del interior de las botellas al estar en posición invertida, el segundo, por llegar el desinfectante perfectamente al interior de las botellas en caso de no utilizar el método inmersivo propuesto anteriormente.